jueves, 26 de febrero de 2009

Javier Solórzano: Entrevista con Luis Arriaga

ENTREVISTA CON: LUIS ARRIAGA

CARGO: DIRECTOR DEL CENTRO DE DERECHOS HUMANOS MIGUEL AGUSTIN PRO JUAREZ

ENTREVISTA CON: GUILLERMO FRANCISCO

ESPOSO DE JACINTA FRANCISCA MARCIAL

TEMA: JACINTA ES ACUSADA DE SECUESTRAR A 6 AGENTES DE LA A.F.I. (AGENCIA FEDERAL DE INVESTIGACIONES) Y FUE SENTENCIADA EN EL AÑO 2006 A 21 AÑOS DE PRISIÓN, SIN QUE EXISTAN PRUEBAS EN SU CONTRA; JACINTA FRANCISCA SE ENCUENTRA PRESA EN EL PENAL DE SAN JOSÉ EL ALTO, EN QUERÉARO.










Jacinta, indígena en la cárcel acusada de secuestrar a seis “afis”

Vendía paletas cuando AFI hizo redada contra la piratería
Jacinta, indígena en la cárcel acusada de secuestrar a seis “afis”

Por Sandra Torres Pastrana
México DF, 26 febrero 09
Comunicación e Información de la Mujer, A.C. (CIMAC)

“Lo único que quiero es estar con mi familia, mis hijas e hijos y mi esposo, estoy en el Centro de Readaptación Social (Cerezo) de San José del Alto, Querétaro, me trajeron con engaños y voy a cumplir tres años aquí. En diciembre me sentenciaron a 21 años por un delito que no cometí, quiero que me escuchen, no sé leer, ni escribir, pero poco a poco mis compañeras me han enseñado a hablar español y me han explicado porque estoy aquí”.

Es el llamado por justicia que vía telefónica Jacinta Francisco Marcial realizó desde el Centro de Readaptación Social de Querétaro, durante una conferencia realizada en el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro, el miércoles pasado.

Jacinta es indígena otomí, acusada y sentenciada injustamente en Querétaro, del secuestro de seis agentes de la Agencia Federal de Investigación (AFI), junto con Alberta Alcántara y Teresa González. Las únicas pruebas para sentenciar a Jacinta, son una fotografía publicada en un periódico local, donde ella aparece detrás de los agentes y las declaraciones de los seis “afis”, pero para los abogados del Centro Pro, estas pruebas son insuficientes y hay irregularidades.

EL “OPERATIVO”

Los hechos ocurrieron el 26 de marzo de 2006 en el tianguis de la plaza central de Santiago Mexquititlán, del municipio de Amelado, Querétaro. El comunicado de prensa distribuido en la conferencia, describe que seis agentes de la AFI, sin identificarse y sin portar uniforme, llegaron al tianguis y despojaron a varios comerciantes de sus mercancías con lujo de violencia, alegando que se trataba de piratería.

El comunicado agrega que después de este incidente, las y los tianguistas afectados exigieron a los agentes su identificación y la exhibición de la orden que avalara su proceder, éstos se negaron, lo cual aumentó la tensión y varios comerciantes afectados comenzaron a protestar.

Ante el clima de inconformidad, el jefe regional de la AFI y el agente del Ministerio Público de la Federación en San Juan del Río, Querétaro, acudieron al pueblo para dialogar con la gente afectada y ofrecieron pagar en efectivo los daños causados por los elementos de la AFI, argumentando que debían trasladarse a San Juan del Río para conseguir el pago.

Por lo que ordenaron a uno de los agentes que permaneciera en el pueblo como garantía de que regresarían, el cual, según testimonios, durante el tiempo que se quedó en el pueblo estuvo comunicado y jamás fue violentado en su integridad física.

El incidente terminó cuando, el mismo día, aproximadamente a las siete de la tarde, todos los elementos de la Procuraduría General de la República (PGR) que habían participado en los hechos dejaron la comunidad, después de acordar con los comerciantes la entrega de una cantidad por los daños causados.

Fue hasta el 3 de agosto de 2006, cinco meses después, que Jacinta fue llevada por engaños a la ciudad de Querétaro y presentada ante los medios de comunicación enterándose que la acusaban junto con dos mujeres más, de haber secuestrado a seis agentes de la AFI, durante los hechos ocurridos en marzo.

Durante la conferencia, Erika Juárez, nuera de Jacinta, denunció también que fue detenida y llevada con engaños estando recluida en el CeReSo junto con su suegra, cuando ella ni siquiera estuvo el día que se registraron los hechos en el tianguis, manifestó. “Yo no salgo en la foto del periódico y no entiendo cómo obtuvieron mi nombre, a mí me sacaron porque no había pruebas, pero tuvimos que pagar una fuerte cantidad de dinero, que aún estamos pagando”.

DISCRIMINATORIO SISTEMA DE JUSTICIA

Para el Centro Pro, quien acaba de tomar el caso de Jacinta, persiste en graves desigualdades del sistema de justicia como la falta de acceso a un traductor y la negación de su derecho a la presunción de inocencia, los cuales tienen efectos de mayor intensidad en las mujeres indígenas debido a la triple discriminación de que son objeto: por ser indígenas, mujeres y pobres.

Al respecto, el Centro Pro puntualiza que en este caso salen a relucir deficiencias de un modelo de justicia en el que subsisten elementos inquisitivos, como la preponderancia de las pruebas desahogadas por el propio Ministerio Público, que generan desigualdad procesal.

Cabe resaltar que Jacinta efectivamente vendía en este tianguis y otros lugares como afuera de iglesias y escuelas, pero aguas frescas, nieves y paletas.

Durante la conferencia, su esposo, el señor Guillermo Prisciliano, dijo entre lágrimas que vive desde hace 30 años con Jacinta y aseguró “mi esposa es una señora muy trabajadora, una mujer que me ayudó a sacar adelante a mis hijos y hoy está en prisión, tengo una gran tristeza, un dolor grande porque no es justo que le den una sentencia de 21 años cuando es inocente”

El señor Guillermo pidió a las autoridades y medios de comunicación “ahora que tanto se habla de los pueblos indígenas, de la mujer indígena y de la justicia por parte del gobierno que no sólo nos utilicen y que ayuden a mi esposa que la tienen separada de su familia injustamente”

Por otro lado. su hija Estela Hernández en entrevista para Cimacnoticias, destacó que desde muy pequeños, su mamá siempre les inculcó valores como el respeto, la justicia y dignidad. “No teníamos para comer, pero ella salía a vender y nosotros le ayudábamos, cuando crecimos ella nos impulsó para que estudiáramos y trabajáramos”.

Hoy te puedo decir, puntualiza Estela, que todos mis hermanos estudiamos, yo soy maestra, tengo un hermano técnico y tiene su trabajo en una empresa, tengo una hermana que es enfermera y los otros dos tienen una beca y están estudiando y el más chico está en el bachillerato.

“Para nosotros como familia ha sido un proceso de sufrimiento, mi papá esta muy débil y lo que nos ha ayudado a nosotros como hijos es el trabajar y de alguna una u otra manera los compañeros, amigos y vecinos nos dicen échenle ganas, pero nos hemos enfrentado a mucha desesperación y angustia, ninguno de nosotros hemos podido dormir tranquilamente desde que se llevaron a mi mamá”.

Andrés Díaz del Centro Pro, uno de loa abogados de Jacinta, indicó que en la averiguación previa se dice en el reporte que rinden los “afis” el mismo día de los hechos que un grupo de gente los rodeó y que eso implicó una retención.

Después al día siguiente, sale en el diario una foto donde no reconocen a Jacinta como partícipe de los hechos, pero un mes después el 22 de abril de 2006, es cuando ya obtienen el nombre de la señora y le imputan acusaciones falsas como el querer linchar y quemar al agente Cervantes Peñuelas, al agente que se le habían ordenado se quedará en el pueblo mientras conseguían el dinero y pagarle a los tianguistas los daños causados por los agentes.

Para Díaz, no existen más señalamientos y formas que acrediten que Jacinta haya retenido por ella misma y amedrentado o violentado físicamente a algún agente federal de investigación.

Durante la conferencia estuvieron también el director del Centro Pro Luis Arriaga y el abogado Santiago Aguirre.

miércoles, 25 de febrero de 2009

Procuraduría General de la República

Sala de Prensa

Miercoles, 25 de Febrero de 2009 Boletín Estatal DPE/0882/09

AMPF OBTIENE SENTENCIA CONDENATORIA EN CONTRA DE TRES PERSONAS POR EL DELITO DE PRIVACIÓN ILEGAL DE LA LIBERTAD


El agente del Ministerio Público de la Federación adscrito a la Delegación Estatal en Querétaro obtuvo del Juez Cuarto de Distrito en el estado la sentencia condenatoria de 21 años de prisión, así como dos mil días de salario mínimo de multa-que equivalen a la cantidad de 91 mil 620 pesos-, en contra de Jacinta Francisco Guillermo o Jacinta Francisco Marcial, Alberta Alcántara o Alberta Alcántara Juan, así como de Teresa González Cornelio, dentro de la causa penal 48/2006, por su responsabilidad penal en la comisión del delito de privación ilegal de la libertad, en la modalidad de secuestro, así como de los delitos de contra servidores públicos y contra la salud, en la modalidad de posesión de cocaína.

De acuerdo con el expediente, Alberta Alcántara, Teresa González y Jacinta Francisco fueron puestas a disposición del Representante Social de la Federación, por parte de elementos de la Policía Federal-Agencia Federal de Investigación, luego de que se les cumplimentara una orden de aprehensión girada por el Juez Cuarto de Distrito, cuando se encontraban en las inmediaciones del poblado de Santiago Mexquititlán, perteneciente al municipio de Amealco de Bonfil.

Cabe recordar que con fecha del 26 de marzo del 2006, se dio inicio a la averiguación previa AP/PGR/QRO/SJR-VIIA/064/2006 por los delitos antes referidos luego de que en el poblado de Santiago Mexquititlán elementos de la Agencia Federal de Investigación adscritos a la Subsede de San Juan del Río se encontraban realizando una investigación en el poblado antes mencionado, para verificar la posible venta de narcóticos, así como de realizar en cumplimiento a un oficio girado por el agente del Ministerio Público de la Federación, un operativo contra la “piratería” en las inmediaciones de dicho municipio.


A raíz de lo anterior, locatarios y tianguistas de aquella comunidad molestos por las acciones que realizaban los agentes e incitados por las sentenciadas, decidieron privar de la libertad a seis elementos de la Agencia Federal de Investigación, siendo cinco de ellos liberados con el fin de reunir la cantidad de 80 mil pesos solicitada por las sentenciadas para poner en libertad a uno de ellos, acción que ocurrió cuando se les entregó la cantidad de 70 mil pesos.

Por éstos hechos, las ahora sentenciadas, quedaron a disposición del Fiscal Federal, quien las acusó formalmente ante el Juez conocedor de la causa, quien una vez integrados los elementos de prueba en la averiguación previa correspondiente, notificó en consecuencia de la decisión judicial en su contra en el interior del Centro de Readaptación Social Femenil de San José el Alto, donde actualmente enfrentan su proceso penal.

Asimismo se informa que con fecha del 20 de diciembre del 2008 se apeló la resolución emitida por el Juez conocedor de la causa y en contra de la sentencia emitida, por lo que también con fecha del 29 de diciembre del 2008 el Agente del Ministerio Público de la Federación adscrito al Juzgado Cuarto de Distrito apeló la baja penalidad emitida en su contra, por lo cual actualmente el proceso penal se encuentra radicado en el Tribunal Unitario del Vigésimo Segundo Circuito Judicial dentro de las Tocas Penales 27/2009 y 53/2009.

La Procuraduría General de la República reitera su compromiso de seguir combatiendo las manifestaciones de la delincuencia, usando para ello las herramientas jurídicas que pone a su disposición la Ley como representante de la sociedad y agradece el apoyo proporcionado en su momento por parte de los elementos de la Policía Investigadora Ministerial, Policía Estatal y Policía Municipal de San Juan del Río por el apoyo brindado a la Institución y a los elementos de la Agencia Federal de Investigación mientras estos se encontraban privados de su libertad.

martes, 24 de febrero de 2009

El caso de Jacinta Francisco Marcial

Recibido de Blanca Haidé Cruz, México, D.F., 24 de febrero.- Boletín de prensa.

Persisten graves deficiencias del sistema de justicia: El caso de Jacinta Francisco Marcial, acusada injustamente de secuestro. Jacinta Francisco Marcial, mujer indígena otomí fue acusada y sentenciada injustamente en Querétaro, acusada del secuestro de seis agentes de la AFI.

En su caso persisten graves desigualdades del sistema de justicia como la falta de acceso a un traductor y la negación de su derecho a la presunción de inocencia. El Centro Prodh demanda una actuación guiada por el más estricto respeto a los derechos humanos que restituya a doña Jacinta su libertad y reconozca su inocencia. El 19 de diciembre de 2008 fue sentenciada injustamente en la ciudad de Querétaro la mujer indígena otomí Jacinta Francisco Marcial.

Se le acusa, junto con Alberta Alcántara y Teresa González, de haber secuestrado a seis agentes de la Agencia Federal de Investigación (AFI) durante hechos ocurridos el 26 de marzo de 2006 en la comunidad indígena Santiago Mexquititlán, del municipio de Amealco, Querétaro. Las pruebas empleadas para acusarla son insuficientes. Por lo contrario, su inocencia se encuentra plenamente probada y sustentada.

»»Hechos.- El 26 de marzo de 2006, seis elementos de la AFI, sin identificarse como tales y sin portar uniforme, llegaron al tianguis de la plaza central de Santiago Mexquititlán. Despojaron a varios comerciantes de sus mercancías con lujo de violencia, alegando que se trataba de “piratería”. Los tianguistas afectados exigieron a los agentes su identificación y la exhibición de la orden que avalara su proceder; estos se negaron.

La tensión aumentó y varios comerciantes afectados comenzaron a protestar. El jefe regional de la AFI y el agente del Ministerio Público de la Federación en San Juan del Río, Querétaro, que acudieron al pueblo para dialogar con la gente afectada ofrecieron pagar en efectivo los daños ocasionados por los elementos de la AFI.

Para esto argumentaron que debían trasladarse a la ciudad de San Juan del Río para conseguir el pago, por lo que ordenaron a uno de los agentes que permaneciera en el pueblo, como “garantía” de que regresarían. Éste, según testimonios, durante el tiempo que se quedó en el pueblo estuvo comunicado y jamás fue violentado en su integridad física.

El incidente terminó cuando, el mismo día alrededor de las siete de la tarde, todos los elementos de la PGR que habían participado en los hechos dejaron la comunidad, después de haber acordado con los comerciantes la entrega de una cantidad correspondiente a los daños causados. Fue hasta el 3 de agosto de 2006, cuando la señora Jacinta Francisco Marcial fue llevada, con engaños, a la ciudad de Querétaro.

Allí, al ser presentada ante los medios de comunicación, se enteró de que la acusaban, con otras dos mujeres, de haber secuestrado a los agentes de la AFI durante los hechos ocurridos en marzo del mismo año. A la fecha, dentro del proceso se le condenó a 21 años de prisión y dos mil días de multa. Tras un minucioso proceso de documentación, el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro (Centro Prodh) asume su defensa integral.

»»Postura del Centro Prodh.- El caso de Jacinta Francisco Marcial muestra una vez más las deficiencias del sistema de justicia, las cuales tienen efectos que son sufridos con mayor intensidad por las mujeres indígenas debido a la triple discriminación de que son objeto: por ser indígenas, por ser mujeres y por ser pobres.

Doña Jacinta ha sido víctima de violaciones a sus derechos humanos debido a que los órganos encargados de impartir justicia han vulnerado sus garantías procesales. Jacinta Francisco Marcial nunca tuvo acceso a un intérprete o traductor y se le negó el derecho de presunción de inocencia.

En su caso, salen a relucir también las deficiencias de un modelo de justicia en el que subsisten elementos inquisitivos, como la preponderancia de las pruebas desahogadas por el propio Ministerio Público, que generan desigualdad procesal. Su caso pone también de relieve la aplicación de tipos penales como el secuestro para procesar a quienes tienen alguna participación en manifestaciones en la vía pública.

La señora Jacinta no participó en las acciones de los comerciantes, sin embargo es claro que la respuesta punitiva del Estado constituye una represalia a la manera en que los tianguistas se defendieron de los abusos de los agentes de la AFI, como ha sucedido en casos similares de protesta.

En el actual contexto de temor e inseguridad, dominado por las voces que exigen endurecer las sanciones para disminuir la delincuencia, el caso de doña Jacinta muestra la proclividad del sistema de justicia a imputar a personas inocentes, cuya situación es agravada por su condición étnica o de género, delitos que despiertan el mayor repudio social.

Frente a la vulneración de los derechos humanos de Jacinta Francisco Marcial, el Centro Prodh considera que el magistrado que resolverá sobre la apelación presentada el 22 de diciembre de 2008 tiene en sus manos la posibilidad de revertir las irregularidades existentes en el proceso y ordenar la inmediata excarcelación de Jacinta Francisco Marcial.

En este sentido, demandamos una actuación guiada por el más estricto respeto a los derechos humanos que restituya a doña Jacinta su libertad y reconozca su inocencia•